Uno de los valores que muchos padres quieren enseñar a sus hijos es el respeto; el respeto en un sentido muy amplio, no aquello de "respetar a los mayores", sino aquello otro de "todas las personas merecen respeto, tu también mereces ser respetad@...". Y es que el respeto es fundamental para que funcionemos como sociedad. El respeto a los demás y el respeto a uno mismo; que será la base de la autoestima y el crecimiento personal.
Pero os habéis fijado que queremos enseñar a los niños a respetar, y a que entiendan que merecen ser respetados; pero muchas veces se les trata con muy poco respeto?
Imaginaros que un adulto (posiblemente porqué haya sufrido un accidente), o una persona mayor (quizá por enfermedad); se encuentra en una situación de dependencia. Quizá no controla sus esfínteres, puede que tenga problemas en el desplazamiento y no es tan habilidoso motrizmente como otros, quizá una afasia le impida hablar... Pero sigue siendo una persona, con sus inquietudes, sus curiosidades, su capacidad de aprender, su carácter, sus emociones y sus sentimientos...
Imaginaros que alrededor de esta persona todo el mundo opinase; sobre lo que come y lo que no, sobre si usa silla de ruedas o tacatá para desplazarse.
Imaginaros que cuando su cuidador principal se despista un segundo, alguien le coge y le pone en posiciones para las que su cuerpo no está aún preparado para forzarle a hacer cosas que aún no puede hacer. (Porqué los demás consideran que tiene que practicar).
Que se le coge comida de su plato, porqué nos parece gracioso que nos ofrezca a los demás; y luego se le da está comida para que se la coma esta persona.
Que cómo es poco habilidosa, tira comida al alimentarse y decimos que la desaprovecha y que "guarrea la comida".
Que todo el mundo opina sobre como se viste, como se peina o si lleva pendientes o no.
Que se fuerza al cuidador principal a dejarla de vez en cuando con otros cuidadores para que estos puedan también "disfrutar a la persona", que se siente más segura, más cómoda y con más confianza con su cuidador principal.
Que cuando hay que cambiarle el pañal, todos al alrededor dicen la peste que hace...
Que se coge a la persona de allí dónde está cómoda, para ser pasada de brazo en brazo; para que los demás se diviertan.
Que cómo ha tenido estas circunstancias; ya no puede dormir junto a la persona con la que ha estado durmiendo los últimos meses; y tiene que dormir sol@ en otro lugar.
Que cómo tiene que acostumbrarse a todo, otras personas hacen ruido a su alrededor mientras duerme, no respetando su descanso.
Y que pasado cierto tiempo; cómo decidimos que se tiene que relacionar con otros en su misma situación lo metemos unas horas al día en una residencia...
Bueno, pues todo esto que nos parecería extraño y fuera de lugar con una persona mayor o un adulto; a muchas personas de nuestra sociedad les parecen normales y perfectamente aceptables si se hacen con un niño o un bebé... Es muy complicado enseñarle a alguien que merece respeto si nosotros mismos o las personas de nuestro alrededor no se lo muestran.
Anaïs Cerrillo.
El Baobab es un proyecto nacido de la ilusión y cimentado en el esfuerzo, el trabajo y la renovación constante. Se trata de un gabinete de psicología en el cual trabajamos las siguientes profesionales: Anaïs Cerrillo, especialista en psicología clínica infanto-juvenil. Maria Fabregat, especialista en psicología clínica de adultos. Esther Valencia, especialista en terapia de pareja y sexología. Y Raquel Ruíz, especialista en psicología forense.
jueves, 4 de agosto de 2016
Respeto
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