domingo, 1 de febrero de 2015

El miedo

El miedo es una de las emociones básicas, y aunque suele preocuparnos ya que no es agradable sentir miedo; no es ni malo ni bueno, cómo el resto de emociones, simplemente es cómo una brújula que nos indica y nos da información. Si sabemos usar esa información, nos daremos cuenta de lo valiosa que puede llegar a ser.

Lo primero que tenemos que conocer del miedo, y en lo que nos centraremos en este escrito, es que dentro de esta palabra tan amplía, se incluyen diferentes emociones, que comportan diferentes sensaciones y que podríamos separar en varias categorías más pequeñas…

-Por una parte están los Miedos evolutivos, que son muy típicos en ciertas edades y tienen que ver con temas que han sido importantes durante nuestra evolución para la supervivencia. Son el miedo a la oscuridad, a quedarse solo... sobretodo son muy típicos alrededor de los 4 años.

-Luego están los Miedos asociados a deseos; cuando pensamos que algo tiene un gran valor está el miedo a perderlo o no conseguirlo... Aquí estaría el miedo al fracaso, y miedos asociados a elementos relacionales, cómo pueden ser los miedos dentro de una pareja, etc. (Estos últimos también están asociados a una falta de autoestima, puesto que este miedo aumenta en la medida en que pensamos no sólo que el otro se valioso, sino que lo es mucho más que nosotros mismos...). Este grupo de miedos deben ser vigilados muy de cerca puesto que sus consecuencias pueden ser muy negativas.

-También están los Miedos básicos. Estos son miedos que compartimos todos los humanos en mayor o menor medida; y que están unidos a cosas que son tan importantes para nosotros, que tienen el gran poder de modificar y determinar nuestra trayectoria vital. son:
-El Miedo a la muerte y la enfermedad.
-El Miedo a quedarse solo (miedo a no ser aceptado ni querido por nadie).
-El Miedo a la ruina y el fracaso.

-Y Por último los Miedos ansiosos. Estos son los miedos que están fuertemente relacionados con niveles muy altos de ansiedad, cómo pueden ser las fobias. También aquellos asociados a rasgos personales estables. (Aquellas personas que describiríamos cómo miedosas o sufridoras).



La parte de todo esto que entraría dentro de la inteligencia emocional es conocer el tipo de miedo que cada uno tiene, saber qué lo provoca y por último aprender estrategias para poder gestionarlo.

Anaïs Cerrillo. 

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