viernes, 31 de octubre de 2014

CAUSAS DE LOS PROBLEMAS DE LECTOESCRITURA

Hoy comparto una entrada escrita por Montse Soro, cómo sabéis es nuestra psicopedagoga. Esta entrada tiene relación con uno de los problemas académicos más frecuentes, que son las dificultades de lecto escritura. Es un problema que afecta a muchos personas y que dificulta mucho el aprendizaje (ya que si nos paramos a pensar, casi todo el aprendizaje tiene relación con el medio escrito: se estudia leyendo temario, se hace un examen escribiendo sobre ese temario, etc.). 
Es importante poder detectar estas dificultades y buscar alguna solución para preservar la autoestima de la persona y darle las mismas oportunidades que a los demás. 


En esta entrada nos proponemos explicar a grandes rasgos las principales causas asociadas a los problemas de lectoescritura así como la importancia del  tratamiento en relación a estos problemas.

A la hora de intervenir con niños con problemas del aprendizaje, es muy importante contar con evidencia científica para poder hacer intervenciones y reeducaciones que sean efectivas en el tiempo.
Muchas reeducaciones son castillos de arena: nos esforzamos, preparamos actividades muy bonitas, pero a los días siguientes no hay transferencia de conocimientos.
Para evitar que esto suceda, vamos a hablar de los problemas de lectura.


Sabemos que las dificultades de la lectura tienen diferentes causas. Cuando nos las planteamos, distinguimos entre dos grandes grupos: causas extrínsecas e intrínsecas, es decir: externas o internas.

Por problemas extrínsecos, nos referimos a la enseñanza de la lectura. Analizar esta cuestión, nos lleva a plantearnos: ¿Por qué hay algunos niños que aprenden a leer sin importar el método? ¿Y qué pasa con el 15 y con el 20% que no aprenden al ritmo que deberían, hay algún método del que se beneficien más? Efectivamente, el método de enseñanza de la lectoescritura será decisivo para el 20% de los alumnos con problemas de lectoescritura, que es el que nos encontraremos en nuestras sesiones de reeducación. Hay que tener en cuenta que, para todos los chicos, la falta de experiencia a nivel temprano impacta en la lectura. Por lo tanto, hay que empezar a atender las dificultades de lectoescritura tan pronto como se detecten, ya que no nos podemos permitir que el nivel de instrucción de los compañeros en la escuela avance mientras el alumno con problemas de lectoescritura se va quedando atrás.
Por problemas intrínsecos, hablamos de factores de tipo biológico. Sabemos que existen problemas de tipo cognitivos y perceptuales, visuales, atencionales… Es lógico suponer que un padre de un niño con problemas de lectura nos diría: “pero díganme de todos esos problemas mi hijo cuál tiene”. Sin embargo, la respuesta no es sencilla y a continuación abordaremos esta cuestión.

Cuando hablamos de las causas subyacentes a los problemas de lectoescritura, hay una habilidad esencial a tener en cuenta, la consciencia fonológica. La consciencia fonológica es la habilidad necesaria para entender que el lenguaje está compuesto por unidades sonoras, los fonemas. Se trata de una habilidad metalingüística –esto significa que necesita de habilidades intelectuales, atencionales y de memoria- que ayuda a ensamblar la correspondencia fonema-grafema (la correspondencia sonido-letra). En el caso del castellano, se ha encontrado que la consciencia fonológica es el principal predictor de éxito en la lectura en los primeros años de escolarización.
El dominio de la consciencia fonológica permite adquirir el procesamiento fonológico de lectura, es decir, la habilidad de leer letra por letra. Se trata de la primera habilidad lectora que se desarrolla, cuando los jóvenes lectores no son aún expertos competentes. Con el paso del tiempo y del entrenamiento y la exposición a la lectura, poco a poco se va desarrollando otra forma de acceder a la lectura: el procesamiento léxico. Mediante el procesamiento léxico, los alumnos lectores han sido capaces de desarrollar una representación mental global de las palabras, de constituir un léxico. En este punto, los lectores pasan a leer la palabra en su conjunto, como un ente global, y la lectura se automatiza y se vuelve rápida y eficiente.
Así pues, para el posterior desarrollo de la lectura, el correcto funcionamiento de las habilidades auditivas primerizas es fundamental, puesto que éstas están directamente relacionadas con las habilidades fonológicas. Además, el incorrecto funcionamiento del procesamiento fonológico también repercute en una pobre evocación y denominación de conceptos –no nombrar las palabras a pesar de saber qué son-. Los problemas a la hora de denominar palabras que el niño ya conoce, es otro indicador que nos permite sospechar si existe alguna dificultad fonológica.

Retomemos el concepto de consciencia fonológica. Hacia los 9-10 años pierde valor predictivo. En esta edad tiene que cambiar el modo de intervenir. Después de 4º o 5º de Primaria, los mejores predictores son los mismos que los de la lectura: Leer palabras, leer palabras inventadas –“no palabras”-, dar significados…
El léxico no es solamente un lugar en el que están las palabras. Cuando al leer accedo al léxico, tengo que dar sentido a eso que estoy leyendo, para hacer inferencias, tengo que tener un modelo, representar el texto y analizarlo sintácticamente, usar habilidades lingüísticas. Cuando uno lee, hace representaciones. A veces se lee una novela y se ve la película y uno dice: la película no me gustó. Mi protagonista era mejor, el lugar era distinto, etc. Porque se generó una imagen mental.
Muchos niños con problemas de lectura no generan imágenes mentales de lo que leen.

Finalmente, vamos a desmontar falsos mitos. Hace tiempo se hablaba mucho de la lateralidad cuando se trataban los problemas de lectoescritura… El 30% de las personas tiene dominancia cruzada entre ojo, mano y pie, y ello no predispone para ninguna dificultad de la lectoescritura. También se planteó: será el problema visual? A este respeto, la Sociedad Americana de Pediatría, junto con oftalmología y optometría sacaron un documento conjunto y dijeron: los problemas de lectura no son necesariamente visuales –aunque, evidentemente, si existe una dificultad visual debe ponerse remedio para que el niño pueda hacer una adquisición normal de la lectura-. Pero científicamente está demostrado que el problema en las dificultades específicas de la lectoescritura o dislexia no es visual, el núcleo del problema, como se ha dicho, es un problema fonológico, es una alteración en las áreas cerebrales del lenguaje.
A este respecto, se está barajando el problema de dificultades perceptivas simples: hay niños con audiometrías normales pero que no procesan algunos sonidos adecuadamente. Se está barajando la hipótesis de hasta qué punto hay dificultades perceptivas auditivas que afectan la lectura.

En un estudio finlandés se investigó con hijos pequeños de familias con dislexias y se dijo, vamos a ver qué oyen y qué no oyen. Resulta que niños de 6 meses, de familias disléxicas, que luego presentaron patrones disléxicos, perciben los sonidos de manera diferente, como comprimidos. Eso se traduce en sílabas que se pierden, como la “S” del plural en castellano, que no se escuchan… por lo tanto la percepción es muy importante.


El problema no es solo la percepción, sino también la categorización de los sonidos. Por ejemplo, con los colores hacemos categorías muy claras. Con los sonidos sucede igual. Hay niños que no categorizan adecuadamente los sonidos, y la L y la R son el mismo sonido. Se trata de la misma dificultad fonológica, para saber dónde empieza y dónde acaba un sonido.

Cabe recordar, sin embargo, que aunque en muchos casos de dislexia se cumple que la naturaleza del problema es fonológico, encontramos algunos alumnos disléxicos con una primera adquisición de la lectura similar a los otros compañeros pero que, sin embargo, cuando en una segunda etapa tendrían que automatizar la lectura, su evolución parece quedarse estancada. Lo que sucede con éste segundo grupo de alumnos –muchas veces infradiagnosticados por su correcta adquisición de la lectoescritura en las primeras etapas- es que no presentan problemas en la ruta fonológica pero sí en la ruta léxica de acceso a la lectura. Estos alumnos hacen una correcta conversión grafema-fonema, pero tienen problemas en la construcción de representaciones mentales globales de las palabras. Esto es así porque la localización de la disfunción cerebral es distinta en los casos de dislexias fonológicas y este segundo tipo de dislexias, denominadas comúnmente dislexias superficiales.

Es frecuente encontrarnos con niños que tienen afectadas las áreas cerebrales responsables de los dos tipos de rutas y, por lo tanto, presentan perfiles mixtos de dislexia.

Finalmente, una última habilidad secundaria que puede estar deficitaria en relación a la lectoescritura, es la poca vigilancia y autocorrección. La vigilancia y la corrección son decisivas para llegar a la comprensión, porque es cuando se enciende la bombilla, tú estás leyendo y no estás comprendiendo, o estás leyendo y te estás desconectando. Y hay niños que leen, leen, leen, y uno dice: ¿te enteraste? Y dice “No”. Cargar el procesamiento implica, qué necesito yo para progresar: nivel de atención, memoria y procesamiento.


Después de lo que acabamos de exponer, ante un caso de dificultades de lectoescritura uno se  debe plantear: ¿En qué punto el procesamiento está afectado? El problema es a nivel inicial, en las habilidades fonológicas, y por lo tanto de asociación grafema-fonema? ¿O se trata de un problema en un área superior del procesamiento, como es la representación,  es decir, en el léxico? ¿Qué debemos hacer ante el caso? ¿Cómo debemos actuar como padres y profesionales antes las dificultades de lectura de nuestros niños? Les propongo una reflexión: Si llegan una mañana y su coche hace un ruido extraño, ¿qué hacen? Lo lógico sería decir: si el coche funciona mal, no lo arranco, porque podría agravar el problema.

¿Qué hace un padre delante de la dificultad de lectoescritura de su hijo? “Si mi hijo tiene problemas de lectura, pues que lea más”. Pero nos encontramos con chicos que tienen aversión a la lectura… Es como si yo tengo una dioptría de 4 y me dicen: “Esfuércese, lea lo que pone allí”, y yo me esfuerzo. En estos casos no es cuestión de esforzarse, más allá de la motivación, es un procesamiento que no funciona. ¿Cómo fuerzo yo la máquina? Hay que desmontar la máquina, mirar que punto del procesamiento falla y rápidamente ajustar ese punto. Hay que ir rápido, porque los cursos escolares van avanzando, y las exigencias existen.


Estos niños se benefician de una reeducación específica para sus características particulares, y los beneficios son más rápidos cuanto más tempranamente se intervenga. Siguiendo con la metáfora anterior, un coche que no funciona correctamente debería ser llevado al mecánico en vez de dejarlo rodar y esperar a que el problema acabe perjudicando a otras áreas. De la misma manera el mecánico lo primero que debería hacer sería determinar dónde está el problema y trabajar con ese problema; en vez de aplicar un “plan general para coches que no funcionan bien”. 

Montse Soro. 

jueves, 9 de octubre de 2014

Constelaciones familiares. ¿Cuantas cosas se pueden constelar a la vez?


Hoy os traigo un artículo de Hedy que habla sobre el número de cosas que se pueden constelar a la vez, espero que os guste. Ya sabéis que si queréis asistir al taller de constelaciones aquí encontraréis todos los datos sobre las fechas, horas, etc. Si os interesa asistir a algún taller pero no os es posible por incompatibilidad horaria. nos lo podéis comunicar a través de la dirección de mail (elbaobabpsicologia@gmail.com) y os avisaremos si realizamos ese taller de nuevo más adelante. 


¿SE PUEDEN CONSTELAR VARIAS COSAS A LA VEZ? 

Algunas personas vienen con varias cosas entre manos, intentando resolver todo rápidamente, ya sea porque les está resultando muy difícil sostenerlo o porque no quieren enfrentarse a lo que están viviendo. 

Ante estas situaciones es imprescindible que la persona elija qué es en el momento en que va a constelar lo más urgente o importante, ya que para enfocar una constelación necesitamos tener un objetivo concreto y claro. Por eso antes de empezar la constelación el terapeuta pide a la persona que exprese con claridad este objetivo, o demanda. Cuando la persona tiene claro qué quiere conseguir (y no lo que no quiere) el proceso terapéutico ya ha comenzado y es mucho más fácil que las semillas que surjan del trabajo con la constelación encuentren tierra fértil para que se den los cambios que desea. 



Si hubiera varias demandas no se puede focalizar el trabajo y nos perderíamos en un mar de caminos diferentes. Lo que si que pasa algunas veces es que estos temas aparentemente diferentes nacen del mismo lugar y sanando uno los demás también sanan. Pero esto generalmente no lo sabremos hasta posteriori.

Hedy Kramer